Guionista: Federico Amorós
Dibujante: Miguel Ambrosio Zaragoza (Ambrós) (Albuixech (Valencia), 31 de agosto de 1913) - 1992.
Editorial: Editorial Grafídea
Año de edición del primer número: 1947.
Comenzamos otra obra del genial dibujante Miguel Ambrosio Zaragoza, más conocido como Ambrós.
Sus padres le matricularon en la Academia de San Carlos de Valencia allí aprende a dibujar. Estudia Magisterio, pero el inicio de la guerra civil se alista en el bando republicano. En 1939, debido a sus antecedentes políticos, decide renunciar a su carrera docente y volver a su pueblo para trabajar en el campo, actividad a la que dedicó 6 o 7 años de su vida.
Esta situación, pasado el tiempo, le llevo a lamentarse, ya que pensaba que él, al que siempre le había gustado el dibujo, se tenía que haber dedicado a ello desde el primer momento. Consideraba que por no haberlo hecho así, había perdido la mitad de su vida en actividades que no habían reportado provecho alguno ni a su persona ni a nadie.
Por el año 1944, repasando unos cuadernos de El Guerrero del Antifaz que tenía su hermano menor, recordó que le seguía gustando el dibujo por lo que preparó un tebeo de indios y vaqueros al estilo de la época (con portada a color y todo) y con él debajo del brazo, se fue a ver al Sr. Juan B. Puerto dueño de la Editorial Valenciana, el cual después de ver aquello, le pidió que les confeccionara algunas historietas de tipo humorístico, cosa que “AMBRÓS”, entonces Ambrosio (que es como firmaba en principio), hizo y que consiguió le fueron publicadas. Como según él, no sabía dibujar le propusieron que se quedara en la editorial como rotulador.
Pasado el tiempo y sobre el particular, el mismo “AMBRÓS” cuenta una anécdota que le pasó con el dibujante Grau, el cual un día se le presentó y le dijo: Estos de la Valenciana, siempre poniendo dificultades para publicar cosas a la gente y mira lo que acaban de sacar.
Grau se quedó muy cortado cuando el propio Ambrosio le dijo que aquellos dibujos infames eran los suyos y para quitarle el sofoco agregó que aquellos dibujos no solo eran infames, eran un desastre.
En 1946 se dirige a Barcelona. Sus primeros contactos con Hispanoamericana de Ediciones no tiene ningún éxito. Consigue trabajo en una pequeña editorial Bergis Mundial, para la que confeccionaría cuatro cuadernos de la colección Dos yanquis en Africa.
Ese mismo año, 1946, y Ambrós seguí buscando una editorial que le publicase sus dibujos y por fín le llega su oportunidad de la mano de Editorial Grafidea, una pequeña editorial que buscaba nuevos dibujantes.
Federico Amorós había creado un personaje inspirado en el personaje de El Zorro, inmortalizado en la pantalla por el actor Tyrone Power, y estaban buscando al dibujante que le diera vida.
Así nació en 1947 El Caballero Fantasma, que coincidía en el título con otro personaje publicado por Editorial Saturno y dibujado por Sangar.
Amorós mostraría públicamente su enfado al haberle asignado un principiante para dibujar su obra.
Tras publicar el primer número sorprendentemente se agota. De esta manera continuaría dibujando la serie. Amorós reconocería también, públicamente, el error de sus comentarios.
El mismo “AMBRÓS” decía que seguramente sus dibujos no eran buenos entonces, pero tenían mucha vida y que sin duda por eso habían gustado a los niños.
Tras la entrega de cinco cuadernos y viendo que la aceptación es popular, Editorial Saturno presenta una demanda, lo que obliga al guionista a "matar" al protagonista , Don Juan Mendoza, y convirtiendo a Crispín, un niño que siempre le acompañaba en todas sus aventuras, en "El Jinete Fantasma" y que deseaba vengar a su señor.
Contrariamente a lo que se pensaba el nuevo giro en la historia hace que se incrementen las ventas llegando a tener esta colección una de las mejores tiradas de la época.
Se publicarían 164 cuadernos de 21 x 32 cms. Por ese motivo no es de extrañar el cambio de título a partir del sexto cuaderno.
En 1951, acaban las aventuras del Jinete Fantasma, siendo reemplazadas por las de su hijo, tal y como constaba en el primer número de Chispita, y guionizados tmbién por Amorós.
Después siguió con las aventuras de Chispita que era el hijo del anterior y que dibujaría hasta el año 1955. “AMBRÓS” pensaba que en el periodo aquel de Grafidea había aprendido a ser dibujante de verdad, pero se cansó de ellos, entre otras cosas porque con el dinero que ganaba no podía vivir.
Después de estos primeros éxitos, ”AMBRÓS” se puso en contacto con la Editorial Bruguera para la cual empezó ilustrando la colección La nave del Tiempo con guiones de Vidal Sales de la que se publicaron 10 cuadernos en el suplemento de aventuras de Pulgarcito.
Igualmente para dicha Editorial ilustró libros de aventuras, entre ellos Los Tres Mosqueteros y pasado algún tiempo, la misma casa, puso en sus manos (parece ser que por sugerencia del guionista) el personaje que le catapultó a la gloria, el mítico Capitán Trueno basado en un guión que había escrito el novelista Víctor Mora inspirado en el Príncipe Valiente de Harold Foster, por el que éste, sentía verdadero entusiasmo.
Dibujante y guionista se pusieron a la obra por lo que el 14 de Mayo de 1956 apareció por primera vez en los quioscos el primer cómic de la colección Dan que llevaba el título ¡A SANGRE Y FUEGO!.
La serie fue un éxito desde el primer número, de la que se llegaron a hacer tiradas en ocasiones de más de 350.000 ejemplares, nunca conocidas hasta la fecha. Tal éxito llevó a la Editorial Bruguera a convertir en semanal lo que salía cada 15 días. Pero esto es ya tema de otro post.
Esta obra del gran guionista Amorós es una de las colecciones más difíciles del tebeo clásico español y, además, una de las más deseadas por los coleccionistas, sobre todo porque en ella hizo uno de sus primeros trabajos el genial Ambrós, famoso años despues por su adaptación de otra mítica colección española como es "El capitán trueno". Cada uno de los 164 números está compuesto por 12 páginas de dibujos a blanco y negro y portadas a color, realizadas por el propio Ambrós, y marcaban inicialmente un precio de venta de 1,60 ptas, si bien a partir del número 29 pasó a venderse a 2 ptas.
En los años 80, después de abandonar definitivamente de comenzar a dibujar su último personaje, "El Corsario de Hierro", Ambrós realizaría unas duras declaraciones a un medio informativo sobre su primer trabajo: "Allí no había primeros ni segundos planos, no había montaje ni enfoques [...] Mis dibujos en aquel entonces no valían nada; no tenían perspectiva ni fondos". Esas declaraciones fueron realizadas más de treinta años después de crear "El Caballero Fantasma". Por ese motivo se comprometió a redibujar parte del primer cuaderno. De esta forma demostró la diferencia entre lo que hizo y lo lo que creía haber hecho
De esta forma corrige una planificación sin relieve, la falta de profundidad de las viñetas; hace gala de su calidad de dibujante: mejora el vuelo de la espada, el nudo del pañuelo, el vuelo del sombrero... y juega narrativamente con los fondos. Ambrós cerraba un círculo, un año después se retiraba profesionalmente, consciente, seguramente, de sus logros y de sus limitaciones.
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